Para despedir el verano del 2018, elegí la isla de Mallorca. Bajé en coche desde Huesca hasta el aeropuerto de Zaragoza, donde lo deje en el parking por unos 5 euros al día. La asistencia y el vuelo fueron muy buenos, aunque con más de 30 minutos de retraso. En llegar a Mallorca, con un buen clima, cogimos en coche alquilado previamente por internet, con Goldcar. Una Fiat doblo, por unos 50 euros al día con seguro a todo riesgo.
En 15 minutos llegamos a una maravillosa cabaña de madera de unos amigos, que está en medio del monte. La casa está genial, no tenía el baño adaptado, pero igualmente estuve cómodo, y con el gusto de poder escuchar gallinas, ovejas, perros, gallos…
Los dueños de la casa tienen una empresa que organiza salidas de espeleología, si queréis probar no dudéis en poneros en contacto con ellos. Su empresa se llama AVcaving Mallorca
El primer día nos dirigimos con el coche a la localidad S’illot, que se encuentra en la zona noreste. Nos bañamos en la playa, que no estaba adaptada, pero al ser pequeña me fue muy facil llegar hasta el agua. El agua estaba muy limpia, y a una temperatura ideal. Tras disfrutar del baño, comimos en la casa de otra amiga que hizo un espectacular arroz y nos dio a degustar sobrasada y olivas de la zona.
Después fuimos a Porto Colom, un pueblo muy bien cuidado, tranquilo, y con un puerto muy atractivo. Tras tomar un refresco en una terraza regresamos a nuestra cabaña.
Al día siguiente, fuimos a conocer Cala Tuent. Una carretera estrecha y con muchas curvas, pero con bonitos paisajes, que mezclan mar y montaña. La playa tenía un trozo de pasarela, pero después era un pedregal, aunque es algo incómodo, gracias a mis amigas pude llegar a bañarme en un lugar que me pareció espectacular y con muy poca gente. Había que tener cuidado en el agua, pues había muchas piedras, aunque al estar protegida la cala, tiene muy poco oleaje. Luego repusimos fuerzas al restaurante Restaurante Esvergeret que está a tan solo 5 minutos con el coche. Tiene una terraza que da a la cala, lo que lo hace un lugar muy bello. El trato y la comida fueron muy buenos, y disfrutamos de pescados de la zona, acompañados del típico «Tumbet».
A la tarde, nos dirigimos a la bonita biblioteca de la localidad de Esporles, donde presenté mi libro «El equilibrista».
La deportista paralímpica Úrsula Pueyo me acompañó en la presentación, que acabó con la gran y emotiva actuación de Javier y Chema, cantante y trompeta de «La gran Orquesta Republicana».
El tercer día fuimos a Camp de Mar. Una playa adaptada, con sillas anfibias, ducha, pasarela, agua limpia y muchos muchos peces nadando alrededor.
Por la noche fuimos a la sala «Es Local», en Palma. Un local alternativo, creado recientemente, donde se hacen diferentes actividades: arte, yoga, música…
Actué junto a mi amiga Kamen, con nuestro dúo de danza integrada «Canela Fina». Al acabar nuevamente, tuvimos el regalo de que actuarán Javi y Chema.
El jueves a la mañana, visitamos el Colegio Gabriel Comas i Ribas, en Esporles. Me gustó mucho todo lo que allí me hicieron sentir tanto sus alumnos como los profesores. Salí de allí con una gran sonrisa y con la ilusión de que vienen detrás generaciones con gran corazón.
Desde aquí fuimos a visitar la Residencia Son Güells. Bailamos con «Canela Fina» y compartimos unos buenos y enriquecedores momentos con personal y usuarios de la residencia. Por la tarde, un amigo nos dio una sorpresa y nos llevó a navegar en piragua por el puerto de Sóller, disfrutando de los paisajes, la tranquilidad, y esa bonita sensación de estar flotando en el mar.
Unos días en los que he vivido muy buenos momentos y estando siempre muy bien acompañado, en un lugar al que estoy seguro que volveré.
Viajar en silla de ruedas 
Que bonita el texto de Mallorca… y las fotos me encantan!!! Bueno que descanses señor rodriguez… un abrazoooo
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